lunes, 24 de septiembre de 2007

La muerte tenía un precio

zETA P nos amenaza con recuperar el proceso de traición en caso de que gane las próximas elecciones generales, entregando a terroristas asesinos enemigos de España cesiones y concesiones sin derecho alguno para ello. A cambio pide tan solo un cierto número de muertes cesantes o vidas de compatriotas. Desde luego, tienen de sobra para pagar, como si este mentecato se las atribuyera ya por derecho. Bien, bien, iluminado zETA P, pongamos por caso que algún listillo acude a su banco y saca de la cuenta que éste lince nos ha abierto a todos, por ejemplo, 1.000 muertes.
--Deme 1.000 muertes.
--Hombre, ¿no será mucho?
--¿es que no tengo saldo? Oiga, démelas ahora mismo o empiezo por usted mismo.
--Bueno, bueno, no se ponga usted así, que no es para tanto. ¿Se las doy en billetes grandes o de uno en uno?
--Póngame un poco de todo... y dese prisa.
--?Las quiere de algún grupo especial? Eso siempre tiene bonus. ?Negros? ¿moros? ?curas? ¿policías? ?políticos? ?periodistas? Aquí estamos para servir al cliente. Fíjese que el otro día vinieron unos separatistas y se llevaron...
--Déjese de cháchara y démelos al portador, que ya yo los iré distribuyendo.
--No se hable más. Aquí tiene. Y que lo disfrute con salud.
Con este capitalito, nuestro listillo se nos presenta en la Moncloa y pregunta al primer socialista que pasa por allí.
--Perdón, ¿podría indicarme por dónde está el negociado de Negociación?
--¿Para un proceso de paz o de guerra?
--Hombreeee, de paz por supuesto, depaz. ¡Qué pregunta más estúpida! Quiero abrir una negociación de paz.
--¿Tiene usted con qué pagar?
--Mil muertes. ¿A qué precio están?
--¡Uy, eso es una fortuna! Oh, sí, por supuesto. Pase, pase, al fondo a la derecha. Pregunte por Rubalcaba o de la Vega. Quizá el mismo zETA P tenga tiempo para atenderle. Creo que ya está terminando con Otegui.
--¡Apártese, mequetrefe! que ya estoy perdiendo tiempo de gobierno de unos territorios a los que les tengo echado el ojo.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Neuronas "progresistas"

Extraordinario artículo de Cristina Losada publicado en Libertad Digital:
Experimento
Neuronas "progresistas"

Al fin, un estudio científico viene a ratificar lo que siempre han dicho Pepiño Blanco y otros intelectuales del progresismo ortodoxo de sí mismos. Que
están más abiertos al cambio y a la innovación que el resto de los mortales. Cierto que el experimento se ha realizado sólo con 43 sujetos y que su autor,
el doctor David Amodio, ha advertido que no deben extrapolarse los resultados, pero el hecho es que, como proclama un reportaje de El Mundo, se han detectado
por vez primera "diferencias neurológicas entre individuos que se definen a sí mismos como conservadores o progresistas". Consisten aquellas en que los
primeros son más reacios a adoptar cambios en su pensamiento y en sus juicios morales, mientras que los segundos son más receptivos al cambio y más capaces
de romper viejos hábitos. El tópico y el lugar común han encontrado un agarre en las neuronas. Pero si pasamos del laboratorio a la realidad comienzan
las dificultades.

Como las nuevas de ese informe llegan en el aniversario de los atentados del 11 de septiembre, viene a cuento recordar que aquella masacre supuso un vuelco
histórico. Apareció en toda su potencia destructora un terrorismo islamista que se había venido incubando ante los brazos cruzados (actitud conservadora)
de las democracias occidentales y especialmente, de Estados Unidos (Clinton, progresista). Surgía un tipo de guerra distinto a todas las anteriores. Aquel
terrorismo se erigía en la principal amenaza para las sociedades abiertas. Y, sin embargo, esos factores nuevos sólo entraron en las neuronas de la izquierda
para ser despachados en los términos rutinarios: Estados Unidos fue declarado culpable. No contentos con mantener ese hábito de pensamiento, los "progresistas"
del mundo se revelaron como fieros defensores del statu quo. Lamentaron que se derrocara a los talibanes que alojaban a las huestes de Ben Laden e hicieron
todo lo posible para que se dejara en paz, con sus genocidios, a Sadam Husein. En suma, hay novedades ante las que los cerebros del progreso se cierran
en banda.

Pero es verdad que hay otros cambios a los que se abren con gusto. Aquí, sin ir más lejos, los mismos que defendían la política antiterrorista del sepultado
Pacto por las Libertades, pasaron a abogar de un día para otro por todo lo contrario. Quienes no aceptaban la negociación política con ETA, la aceptaron;
quienes no querían ceder ante esa banda, quisieron; quienes habían dado calor a las víctimas del terrorismo, las insultaron. Esa innovación penetró en
las neuronas con enorme facilidad. Y no sólo en las de los dirigentes socialistas, de flexibilidad probada, sino también en las de sus seguidores. Y es
que se cumplía la única condición requerida para que en los predios "progresistas" se asuman giros copernicanos: que los promueven "los suyos". Siendo
así, cualquier mutación se digiere y se metaboliza ipso facto. Sin discusión.

Pues, aunque esto no lo ha estudiado el doctor neoyorquino, los cerebros de los que presumen de "progresistas" presentan características singulares que
los inducen a creer en las palabras y no en los hechos, en las intenciones y no en los resultados. Piensan así que todo lo que hace un "progresista" declarado
redunda en el progreso de la humanidad; y si la realidad lo desmiente, simplemente la apartan. Habitan una caverna ideológica muy confortable y no quieren
salir al exterior. Creen incluso que allí disponen del monopolio de la verdad y de la crítica, lo que los incapacita para buscar la primera y para ejercer
la última. Esas taras han hecho de ellos una especie dogmática, sectaria, mudable y, a la vez, conservadora. Sobre todo, naturalmente, de sí misma.

sábado, 7 de julio de 2007

El reino estragado

Cuando los partidos que sustentan el gobierno se dedican a la destrucción sistemática de la Nación colaborando con separatistas terroristas, a la corrupción del sistema judicial, a la imposición despótica, sectaria e inaceptable de sus ridículas y perniciosas manías con leyes inconstitucionales de paridad sexual o adoctrinando a nuestros hijos con sus repugnantes secreciones mentales en su nueva asignatura, el PP, cómplice por omisión, se niega a revertir este diabólico proceso, y todos ellos, cubriendo cada uno su desvergüenza con la de los otros, nos tratan a los ciudadanos como borregos semiidiotas hurtándonos el derecho de elegir a nuestros representantes en el Parlamento y al Presidente del Gobierno, cuando ocurre todo esto, no cabe otra respuesta que la rebelión cívica mediante la denuncia continua de estas tropelías. No podemos entrar en su falso debate de si PSOE o PP, sino exigir ya de manera perentoria e intransigente la verdadera cuestión: la reforma constitucional que establezca la verdadera democracia con representantes de los ciudadanos y no de partidos, la separación de poderes y las elecciones presidenciales. En segundo lugar, habremos de exigir la racionalización del Estado e instituciones públicas en orden al bien público general de la Nación y no de intereses separatistas y de secta, restaurando un sistema educativo nacional, etc. Y por último, exigir de igual modo la proscipción de los enemigos de la Nación. Y se pongan como se pongan, no admitiremos ninguna otra cosa antes que éstas.
Desgraciadamente, parece que nunca se aprende nada...

Alfonso X el Sabio.

Hestoria de España. Primera Crónica General.

Pues este regno tan noble, tan poderoso, tan honrado fue derramado et astragado en una arremesa por desavenencia de los de la tierra que tomaron sus espadas en sí mismos unos contra otros, así como si les minguasen enemigos.



- Las Partidas. (II. V. XXI) (1260)

jueves, 28 de junio de 2007

La farsa

Lo que quizá distinga nuestra época de manera más cabal es el hecho de que se actúa y se habla como si se hicieran y se pretendieran cosas de las de antes. Pero, en realidad, ni se hacen ni se pretenden las cosas de que se presume.
Es una gran obra de teatro falsaria de principio a fin: todo tiene un aspecto más o menos razonable, todo parece estar en orden, pero se escarba un poco y todo está al revés: personas, actitudes, sentimientos, ilusiones... Quizá sería mejor aceptar de una vez que no queremos las cosas de que presumimos. Al menos no camparía a sus anchas la inautenticidad.

jueves, 26 de abril de 2007

Estatuto de Cataluña: el traidor Zapatero tira los dados

No ya con la aprobación, sino solo con la tramitación en el Congreso del Estatuto de Cataluña los diputados responsables han dado un golpe de estado. El hecho de que lo estén haciendo sin aparente violencia física, por partes y envuelto en la cínica y narcotizante verborrea falsaria de "tranquilos, tranquilos, que aquí no pasa nada", no atenúa un ápice la verdad del hecho. Es lo mismo que hicieron con el del PNV, ETA e Izquierda Unida (Plan Ibarreche), pero en esta ocasión con el mal propósito de llevarlo a cabo.
Cuando un poder público, un poder del Estado, se apropia ilegítimamente -por la fuerza, en este caso, de los hechos consumados- de todo él, entonces tenemos un golpe de estado. De este Estatuto resulta la destrucción de la soberanía nacional, de la cual ellos, los diputados, solo son delegados depositarios de ella para expresarla. Debería resultar evidente hasta para los más refractarios que únicamente esta soberanía nacional, si cupiese (que no estoy yo muy seguro), es la que podría autodestruirse a sí misma; pero nunca unos individuos, delegados por ella para otra cosa bien distinta. Cuando los diputados toman por sí esta acción, se están apropiando indebida, fraudulenta, ilegítimamente de ella. Como este poder público, una parte del Parlamento, se alza en rebeldía y toma por sí la soberanía nacional y con ella todo el poder público del Estado para destruirla, la acción no tiene otro nombre que el de golpe de estado, el crimen, el de lesa patria y sus autores, el de criminales.
Llegado el punto sin retorno de quiebra de la Constitución en que legalmente no sea posible revertir el despojo, esta canalla no dejará más que dos caminos viables: el uso de la fuerza violenta que restaure la unidad nacional, o la resignación a la desaparición de nuestra nación. La primera daría lugar a una quiebra del Estado con un periodo de ilegitimidad con peligro de dictadura más que probable. La segunda, a un proceso de balcanización en cascada.
A algunos, esto -en la comodidad de sus casas, en la rutina de sus trabajos, en la pulcritud de las oficinas, centros comerciales, transportes públicos que siguen funcionando como si no ocurriera nada- les parecerán delirios febriles de una mente trastornada; y les parecerá inconcebible que pueda pasar nada fuera de la vida rutinaria, sumergidos en un orden público de décadas, sustentado por unas leyes, una policía y un ejército.
Nadie sabe el futuro. Quizá a nadie le importe nada, quizá la Nación, inerte, vaya a la deriva, dócil al capricho de los políticos que en cada parte tomen posesión de ella, y la catástrofe y la ruina solo sean en el orden cultural, económico, histórico, y en términos de la libertad; en tal caso, quizá, los que hayan consentido y propiciado con sus votos esta situación, puedan continuar en la ilusión de Matrix adormecidos por las drogas de propaganda. Pero quizá no. Quizá no ocurra así. Quizá haya a quienes sí les importe el expolio y la muerte de su Nación, y entre ellos haya quienes no se resignen. Todo puede pasar. El traidor Zapatero, sonriente, tira los dados y sus votantes, unos sin saber y otros sin creer lo que está pasando, miran boquiabiertos cómo dan vueltas en el aire.

Y para que las cosas que deben ser recordadas no perezcan con el tiempo y desaparezcan de la memoria de quienes nos sucedan, yo, al ver tantos males y a todo el mundo al alcance del Maligno, como si ya estuviera entre los muertos, yo, que espero a la muerte, he puesto por escrito todas las cosas que he presenciado.

Y para que lo escrito no fenezca con el escritor y la obra desaparezca con el artífice, dejo notas para que se continúe este trabajo, por si algún hombre sobrevive y algún miembro de la raza de Adán escapa a esta pestilencia y retoma el trabajo que he comenzado...

Hermano Odiseo

lunes, 23 de abril de 2007

Spanish Sardana

En España no hay un sistema educativo. Hay, aproximadamente, diecisiete sistemas educativos diferentes. Las competencias en materia educativa fueron cedidas a las comunidades autónomas con extrema ligereza, hace mucho tiempo ya, casi desde el principio. Y con ese derecho malamente adquirido construyeron inmediatamente la herramienta necesaria: la Consejería de Educación, con su centuria perfectamente equipada de trabajadores bien alimentados y excelentemente dispuestos a darlo todo por su respectiva Patria.
Las respectivas comunidades han venido haciendo uso de ese derecho, que se ha ido expandiendo, hinchando hasta la desmesura. Es inconcebible el porcentaje que pueden modificar, por ejemplo, en los contenidos de las diferentes asignaturas. Y siempre apretando, siempre pidiendo, siempre hacia su norte fijo e inmutable. No es de extrañar que, de cuando en cuando, surjan voces alarmadas ante las mil y un tropelías que se están cometiendo continuamente en los diferentes lugares de este Estado-Matrix, probablemente el más atípico del mundo en materia educativa, como en muchas otras cosas.
La idea, hasta ahora intocable, es la siguiente: Es bueno que cada autonomía tenga concedidas las atribuciones en materia educativa, y es bueno que hagan uso de ese derecho para adecuar el sistema general a los contenidos específicos de dicha autonomía, dando expresión a las mil y una peculiaridades, idiosincrasias, singularidades… que pueda tener. Yo niego esa bondad y afirmo que es el germen de inevitables maldades.
Veo a las diecisiete comunidades autónomas bailando una extraña sardana, todas en círculo y mirando hacia fuera, muy pendientes de su baile pero sin prestar la mínima atención a las demás o a la coreografía del conjunto, siempre alejándose del centro… un poco más, un poco más. Y las que se quedan atrás toman como ejemplo a las que van lanzadas. ¡Tonta la última!
La directora de la Biblioteca Nacional de un país de cuyo nombre no quiero acordarme tiene cosas que decir. Ante la pregunta del periodista, responde que no ve ningún problema en que la educación en Cataluña se dé íntegramente en catalán, pues han ganado las elecciones los partidos que defienden la educación en catalán. Me quedo atónito. Esto es un gran engaño. Se me ocurre que si el gobierno de nuestro país, el que elegimos todos los ciudadanos, es de signo contrario, no podrían objetar nada ni ella ni nadie: se podrían suprimir sin más todas las tropelías que estamos presenciando. ¿Lo acataría la señora? ¿Lo acatarían los que no estuvieran de acuerdo? Recuerdo firmísimas declaraciones de desobediencia institucional (uno de los muchos delitos que han dejado de serlo) por parte de varios cargos políticos cuando el anterior gobierno tanteó tímidamente el terreno para la eventual –y finalmente defenestrada– ley educativa que iba a sustituir a la LOGSE.
La misma directora habla del imperio de los Países Catalanes, en un tono de suficiencia y con la cara surcada por una media sonrisa: «Ese imperio existió, guste o no», y se le hincha el espíritu de amor a su tierra. Y mientras tanto, don Ramón ultrajado.
Es todo tan absurdo que lo mejor que puedo hacer es desearos unas ilusionantes elecciones. ¿Esperáis algo bueno de ellas? Me alegro por los que, como yo, sí lo esperan.

martes, 3 de abril de 2007

Equívoco constitucional.

En toda la vida política de España se ha deslizado fraudulentamente un equívoco gravísimo que los políticos, unos han perpetrado traicioneramente, otros, irresponsable, ingenua y cobardemente han consentido en él. Se trata del sentido y significación de la mera existencia de parlamentos autonómicos. Una cosa es lo que es y significa en realidad jurídicamente según la Constitución esta institución política, y otra distinta, lo que se imagina que son. La apariencia y analogía, unida a la acción positiva de los interesados y a la inhibición de los partidos y periodistas han acentuado este equívoco aumentando la divergencia entre lo que son y lo que se cree que son estos parlamentos regionales.

Como los nacionalistas tienen muy claro su deseo y muy firme su voluntad, en toda su terminología e interpretación inyectan ésta en todo a cuanto alcanzan. Así la suposición de que estos parlamentos son la expresión de la voluntad política de cada región. Pero esto, sencillamente, es, mientras exista la nación española, imposible y contradictorio, porque es el caso que la única voluntad política plena es la de la nación española, pues suya es la soberanía desde el siglo XIX. Y estamos ya hartos de oír "los vascos quieren" o "los catalanes quieren" o "los andaluces quieren", etc. Es menester decirlo una vez más, pero con palabras que entiendan hasta los que no quieren entender: Sencillamente, estos colectivos ni quieren ni pueden querer nada que no quiera la Nación española. Y los gobiernos regionales gobiernan y los parlamentos regionales legislan única y exclusivamente sobre los aspectos o competencias que la nación española en uso de su soberanía permite. Y ningún derecho telúrico, divino o humano restringe esta potestad exclusiva de la Nación soberana de organizarse como mejor le venga en gana o le convenga en cada momento. Y así, lo mismo que hay gobiernos y parlamentos regionales única y exclusivamente por la voluntad soberana de la nación española reflejada en su Constitución y en sus Cortes, puede perfectamente en el momento que mejor le parezca o le convenga suprimir estos parlamentos y gobiernos regionales, y organizarse de otra forma, es decir, sin ellos. Buenas razones económicas, liberalizadoras y de autoconservación no le faltan.
Pero, al ser esto así como lo es mientras exista España como nación soberana, la mera existencia de tales parlamentos regionales introduce el equívoco fundamental. Pues, como queda dicho, no tienen otra legitimidad que la de la Constitución española, pero su actuación se lleva a cabo en nombre, no de esta voluntad nacional, sino de otra, de la regional, y no en pro de los intereses nacionales, sino de los regionales. Reforzada esta ambigüedad por las declaraciones y terminología inequívocas de los nacionalistas y cómplices, queda bastante borrosa esta concepción fundamental del sujeto de soberanía, dando lugar a gravísimas consecuencias, pues, de ésta interpretación fraudulenta de los parlamentos regionales y regiones, se derivan las consecuencias lógicas.
Imagino que estas frases habrán causado sorpresa en algunos. Pero estoy seguro que entre estos no habrá ningún nacionalista, porque ellos lo saben muy bien. Y como lo saben, lo combaten con todo tipo de medios; desde la aparente inocua imposición de la toponimia en las lenguas reconstruidas, hasta los asesinatos, pasando por la persecución del español, la fraudulenta historia en el sistema educativo, y hasta algunos tan torpes y ridículos, que da vergüenza señalarlos por el éxito que obtienen, como son los del doble lenguaje que sus líderes e ideólogos suelen usar, que mientras con una mano de prestidigitador hacen ridículos pases mágicos para distraer a los niños, con la otra actúan.
A ver si es posible que periodistas y políticos (tanto del PSOE como del PP) se enteren ya de una vez: No es posible un acuerdo verdadero en esta cuestión de soberanía entre nacionalistas y nacionales. Ya lo saben desde el principio. Y no puede ser de otra forma, porque cualquier mínima cesión por parte de España en términos de soberanía, lleva como consecuencia necesaria a su desintegración. Y si tras 25 años de pruebas y evidencias, alguien todavía no entiende y asume que los nacionalistas todos, CIU, PNV, etc., no persiguen otra cosa que esta soberanía o independencia, mejor es que se abstenga de entrar siquiera en consideraciones políticas y sociales.
Cada vez que en los medios de comunicación se emplea esta terminología, se inyecta su interpretación bastarda o ilegítima. De manera que, por favor, no nos hablen tanto de sociedad vasca o pueblo catalán, ni de asociación de fontaneros o criadores de perros, ni del municipio de San Jenjo o la comarca de Calatrava, como si tuvieran alguna eficacia política, porque, primero, en cada uno de esos colectivos habrá de todo; segundo, sus mayorías, en términos de ejecución política, fuera del ámbito que la nación les permite a través del orden constitucional, nos traen en verdad sin cuidado; y tercero, porque la poca fuerza que tienen, les viene como regalo al suponérsela.

martes, 27 de marzo de 2007

El Presidente del Gobierno concede privilegios y saca de la cárcel a Jack el destripador.

El Presidente Rodríguez Zapatero, su Gobierno y su partido han puesto en libertad al terrorista psicópata asesino múltiple José Ignacio De Juana chaos. De entre las acciones maléficas de este personaje (al Presidente nos referimos), acaso sea ésta una de las más viles, perversas y miserables de las que ha perpetrado, aunque seguramente no sea la más grave. Alguien que ayudara, colmara de privilegios y pusiera en libertad a Jack el Destripador ya sería lo bastante maligno y malo como para ser juzgado y condenado. Pero este asesino (al terrorista nos referimos)y sus cómplices llevan la muerte, la tortura y destrucción a las personas, como venganza contra la Nación que quieren destruir. Este perverso acto del Presidente lo hace en pleno uso de su libertad, siendo único y exclusivo responsable del mismo. Por eso, que no hablen más de chantaje al Gobierno para distraernos, porque, sea verdad o mentira, nos da igual. Si cualquiera de nosotros cometemos un crimen horrible y alegamos que lo hicimos bajo chantaje, no creo que el juez del caso, como el público en general, se moviera a otra cosa que a un mayor desprecio merecido.
Y que sea el Presidente del Gobierno quien haya perpetrado este crimen de poner en libertad a un criminal enemigo de la Nación, usando del poder público que ostenta, precisamente, en nombre de esa nación, sobrepasa los límites concebibles de la abyección moral y la perfidia. Presidente de Gobierno ayudando a quienes quieren destruirla ?eh? Eso es y no tiene otro nombre que traición. Y por tal delito debe ser denunciado en el Parlamento.

Constitución Española. Artículo 102.
1. La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
2. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con aprobación de la mayoría absoluta del mismo.

Pero el PP que tiene la responsabilidad d hacer esta benemérita denuncia en el Parlamento, porque es el único que la puede llevar a cabo, no lo hará, aunque seguirá falsamente protestando, encauzando así la indignación pública al redil de la nada. Tranquilos majetes, que aquí estamos nosotros vigilando para no hacer nada. Los ciudadanos, burlados por los políticos una y otra vez, estamos hartos ya de esta pseudodemocracia, perversa oligarquía de partidos. Queremos elegir nosotros a nuestros representantes en el Parlamento y no que nos los elijan unos ""listos"". Y queremos ser nosotros, aunque no seamos tan listos, quien elija a nuestro Presidente antes que se elijan a sí mismos a través de los diputados que ellos mismos ponen y quitan.

Nuestro Presidente del Gobierno es un traidor a la Nación, quienes le ayudan en su designio, ya sean fiscales, jueces, periodistas o diputados, cómplices del delito. ¿Ante quienes son responsables estos ciudadanos? Debería aplicársele al sujeto en cuestión El artículo 102 de la Constitución, así como juzgar y condenar a todos sus cómplices en los lugares que corresponda. De no hacerlo así se vuelve a quebrantar una vez más el régimen y constitución política de la Nación, la cual sufre esta situación extraordinaria, que ya hubiera dado por tierra con otras menos vigorosas. Esperemos que nuestros compatriotas ciudadanos tomen conciencia del caso
y España pueda sacudirse esta plaga de parásitos que la amenazan.

viernes, 23 de marzo de 2007

Zapatero vuelve a colaborar con la ETA

Zapatero ha vuelto ha perpetrar un crimen de lesa patria retirando la acusación sobre el delincuente enemigo público Otegui, dirigente de la facción política de la banda terrorista ETA. El otro día puso en libertad a otro elemento de la misma banda: al psicópata asesino en serie cuyo nombre no pondré aquí por repugnancia. Esto no es otra cosa que colaboración con banda armada y se hacen acreedores, desde el miserable fiscal Burgos, su Jefe el Fiscal General del Estado , hasta la cínica ministra de la Vogue que niega la evidencia de su participación en los hechos y el traidor Zapatero, máximo artífice y responsable, se hacen acreedores, decía, a juicio inmediato y condena por prevaricación, colaboración con banda armada y traición a la patria.
El PP, con la miseria que le caracteriza, se sigue negando a presentar denuncia en los juzgados ni en el Parlamento, a pesar de que declara conocer la usurpación del Estado de Derecho, esto es, de la rebeldía de las magistraturas del Estado a sus leyes y su sentido. Sólo el Foro de Ermua y "¡Basta ya!" han presentado las denuncias correspondientes, escapando a la ignominia que recae sobre todos los que no lo han hecho.

martes, 20 de marzo de 2007

Zapatero el Sexador

El Parlamento ha aprobado la semana pasada la ley de paridad sexual, mal llamada "de igualdad".

A la nutrida lista de epítetos a que el traidor Zapatero se va haciendo acreedor, hay que añadirle ahora el de "sexador". Zapatero el Sexador y su cohorte demoníaca de diputados, en un nuevo aquelarre de infamia en que convierten el Parlamento cada vez que usurpan la soberanía nacional y transgreden la Constitución, con la aprobación de la ridícula ley feminista, nos despojan a los ciudadanos de la condición de tales, y obliga a mirarnos el sexo que portamos en diversos momentos de la vida pública (sí, dije pública y no púbica), que con estas acciones la hacen impúdica. Así es, pensábamos que para ejercer nuestros derechos de ciudadanos la única condición que necesitabamos era, precisamente, esa, ser ciudadanos libres de nuestra nación, sin ninguna otra condición ni restricción. Ahora ya no, ahora, por ejemplo, nosotros y otros ciudadanos no podemos integrar una lista electoral en un partido político sin antes mirarnos el sexo que portamos, pues esta espantosa ley obliga a que seamos machos y hembras en ciertas proporciones. Que la ley obligue a estas proporciones, necesariamente implica que prohíbe a cierto número de personas y, por extensión a todas, a ejercer este derecho irrenunciable del que ahora, alevosa, premeditada, despótica y tiránicamente se nos ha despojado.
Pero para que no digan que no sabemos ver más que lo negativo, incluso en este ejercicio de intromisión intolerable encontraremos su vertiente positiva y querríamos que esta ley se aplicase, efectivamente, en el único sitio que no resulta antinatural, esto es en el matrimonio. Pero, descalificándose a sí mismos, ya hemos visto que en este aspecto también se entregan a la aberración, no ya política, sino natural.

No nos dejamos engañar, una vez más, por la falsaria propaganda de este infausto Gobierno, del perverso partido que le sustenta, ni aun de la abyecta oposición del PP cuando con una mano critica la operación y con la otra se abstiene. La única igualdad que admitimos es la única que puede ser, por la que se combatió y murió en crueles guerras del siglo XIX y que no es otra que la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Por eso, resulta una infamia esta ley, ya que, para ejercer los derechos fundamentales de ciudadano, nos despojan de ellos, y ya no es suficiente con ser ciudadanos. Sin embargo, la gente no parece darse cuenta, y asiste inmutable ante esta amputación legislativa. Estos déspotas radicales suponen que tienen derecho a inmiscuirse en nuestras vidas y en nuestros derechos y libertades, sólo porque han obtenido una representación, precisamente, ciudadana, para hacer lo que les determina la Constitución y que, en ningún caso es esta usurpación de derechos y libertades.

Entonces, si ahora queremos participar en los consejos de administración de nuestras empresas en las que arriesgamos nuestros dineros, en las listas electorales con que se corrompe la democracia, quizá un día en claustros de profesores, redacciones de periódicos, oposiciones, etcétera, habremos de asegurarnos el cumplimiento de este despropósito con otro. Y qué mejor justicia que quien ha perpetrado el desaguisado sea el mismo que lo haga cumplir con puntualidad? Entonces, para estar seguros que entre los de un sexo no se cuela alguno del otro, habremos de llamar en cada caso a este iluminado Zapatero, perito en cualidad sexual, para que nos vaya sexando y, según su dictamen, sepamos ya a qué cuota pertenecemos y si podremos ejercer los antiguos derechos ciudadanos que antes poseíamos por el mero hecho de tener tal condición.

Nos hemos dado cuenta de su engaño y ahora nos obligan a retroceder dos siglos o siete, cuando las personas no eran ciudadanos sino estamentos. Contra el despotismo de los políticos, Fuera las castas y estamentos! ¡exigimos la igualdad de los ciudadanos ante la ley!

viernes, 16 de marzo de 2007

Ilusión: medida de la autenticidad

Ningún goce es comparable al que es "cumplimiento de una ilusión"; es ella la que le da su máxima intensidad, su calidad más alta, precisamente porque lo vincula a la vida, lo introduce en alguna de sus trayectorias, lo identifica al menos con una porción del proyecto personal, hace que en ese goce el yo se encuentre y reconozca a sí mismo en lo que verdaderamente es. No se trata ya de un goce extrínseco, adventicio, impersonal, sino propio, irrenunciable, insustituible.

Julián Marías
Breve tratado de la ilusión