Una característica que comparten las dos plagas que ha sufrido España durante el siglo XX y que se extiende hasta los comienzos de este XXI, esto es, separatistas y diversas facciones marxistoides, es la de la hispanofobia u odio a España o, en su versión menos virulenta, su desprecio o indiferencia despreciativa. En cuanto a la hispanofobia que “inficiona” los sesos de algunos compatriotas, me resulta más curioso y abominable el de los grupos (como a sí mismos se llaman) “izquierdosos”, que el de los separatistas. Digamos que el de estos últimos es lógico en cuanto a sus designios, por muy repugnantes y desaforados que sean. El de los primeros, he de confesar que me deja mucho más perplejo y me resulta ininteligible. Bien, pues yo, para todos ellos, uso un término que me parece apropiado y descriptivo, más que los usuales de nacionalista o, en este caso, separatista, o hispanófobos (por demasiado académico). Es un término español normal bastante claro, que todo el mundo entiende y de significado todavía no prostituido. Éste término es el de “renegados” y así lo uso yo cuando me refiero a estos sociópatas. No hay de qué extrañarse. Han existido durante toda la historia en todas las sociedades. En el siglo XVI, eran los peores piratas que estragaban las costas española e italiana. En fin, quizá éste término de renegados designe una categoría histórica y social, con extensión variable y que quizá sea digna de estudio. Sea como fuere, nuestros renegados de la época de hoy son los separatistas y marxistoides. En cuanto a los renegados marxistoides querría denunciar una prueba que los delata, pues frecuentemente, de primeras, suelen negar su odio a España o en el mejor de los casos su indiferencia despreciativa. En muchas discusiones, cuando se ven acorralados dialécticamente, suelen romper el cerco desenmascarándose y diciendo explícitamente que, en realidad, a ellos España les importa una m…, que si desaparece o no es algo que no les quita el sueño, etc. Claro, ahí se les responde que entonces para qué tienen tanto interés y gastan tantísimos esfuerzos en la política nacional, tal como si les interesase su bien público; porque si no, ningún valor tiene lo que puedan decir sobre España. Y si acaso, el mismo que pueda tener un extranjero o un enemigo. Ahí suelen terminar las tales discusiones causándome grande risa su azoramiento (que les dura poco, dicho sea de paso). Perdón, que con la digresión, se me ha ido el santo al cielo. La prueba que quería denunciar es el sabotaje de la fiesta de la “Toma de Granada” que cada año hacen o intentan hacer el 2 de enero. Es muy fuerte las cosas que dicen estos renegados enloquecidos y es bastante repugnante el tratamiento casi inexistente que suelen darle los medios de comunicación. Como hay un grupo que en la plaza les responde y casi llegan a las manos, pues califican y resuelven el asunto como una disputa de radicales o entre ultraderechistas y radicales o cosa así. La verdad es que, estratégicamente, no sé si es bueno denunciarlo y darle más publicidad de la que tienen. Supongo que sí; pues la verdad es la verdad. Y si están enloquecidos, pues se dice y ya está. Estuve dudando de si poner o no algunas de las cosas que propagan estos necios, por no llenar estas páginas de excrementos mentales, pero bueno, creo que pondré sólo una, como hace don Pío Moa cuando transcribe los espantos de propaganda de Arana y compañía, que más les ponen a ellos en ridículo que captan imaginaciones. Bueno, aquí pego algo de lo que dicen en alguna de sus páginas: “… El “Día de la Toma” es una celebración de carácter fascista y totalitaria por la ideología reaccionaria y antidemocrática que transmite, festejando el día del comienzo del genocidio de la población del reino de Granada, del establecimiento del terror y el exterminio contra los mismos, del robo institucionalizado de sus bienes y el despojo legalizado de sus derechos. Resulta paradójico que en un momento en que Granada se prepara para celebrar el milenio del reino de Granada el ayuntamiento de la ciudad continúe celebrando un hecho que supuso el exterminio de los habitantes del reino granadino. Es una celebración de carácter retrógrado y racista, festejando acontecimientos y actitudes que suponen el enaltecimiento de la conquista y posesión por la fuerza de lo ajeno, de la intolerancia religiosa, la discriminación social, la obligatoriedad de usos e ideas, la institucionalización de la persecución, la tortura y el crimen de Estado. …” Uf. Curioso ¿no? Es evidente la consideración que tiene de la nación española quien así escribe o lee sin morirse de asco. Estos pobres son cuatro gatos enloquecidos. Pero en realidad, es la doctrina que subyace en la imaginación de la facción marxistoide de los renegados del momento.
sábado, 11 de enero de 2014
Los renegados de hoy
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Hola, Odiseo:
Me ha llegado la notificación de la nueva entrada en tu blog.
No se puede leer la entrada porque aparecen todos los párrafos en una sola línea. Creo que debes pasar el texto a un formato reconocible, como el .doc de Word. Ahora solo se lee el principio de cada párrafo y apenas se entiende nada.
Publicar un comentario