domingo, 25 de mayo de 2025

Nueva y revolucionaria interpretación de los textos antiguos descubre los antiquísimos orígenes y precedentes de los socialistas españoles actuales.

Diodoro Sículo, en su monumental obra Biblioteca Histórica, Libro I [94] dice lo siguiente:

>>Hay que tratar también acerca de los legisladores instituidos en Egipto, que introdujeron tan extrañas y asombrosas costumbres. Después del antiguo establecimiento de la vida en Egipto, que se cuenta en el mito que se llevó cabo bajo los dioses y los héroes, afirman que Mneves, hombre no sólo grande de espíritu, sino también, por su género de vida, el más político de los que se recuerda, convenció primero al pueblo deusar leyes escritas. Simuló que Hermes se las había dado como destinadas a ser causa de grandes bienes, como afirman que, entre los griegos, hizo Minos en Creta y,

entre los lacedemonios, Licurgo, quienes afirmaron que las habían recibido, el uno de Zeus, el otro de Apolo. Y se ha transmitido que ha existido ese tipo de invención entre otros muchos pueblos y que ha sido la causa de muchos bienes para los creyentes:

cuentan en la historia que, entre los arianos, Zatraustes simuló que el buen espíritu le dio las leyes e, igualmente, entre los denominados getas, que le consideran inmortal, Zálmoxis, que lo hizo la común Hestia y, entre los judíos, Moisés, que lo hizo el dios llamado Yaó, bien creyendo todos que una idea destinada a favorecer a la multitud de los hombres era maravillosa y completamente divina, bien también suponiendo que la gente obedecería más atendiendo a la autoridad y fuerza de los que se decía que habían descubierto las leyes.


Aquí lo tenemos, pues, un historiador del siglo primero aJC hablando de los jetas, probándose con esto que los socialistas ya existían y eran conocidos en tiempos tan remotos. La vinculación entre antiguos getas y socialistas actuales es tan evidente que para su demostración basta su mera enunciación. Admitimos que pueda haber cierta controversia en la unicidad de la estirpe, pues sin duda los partidistas populares podrán aducir no sin razón, que a jetas nadie les gana y que, por tanto, ellos son los verdaderos getas, más que los socialistas, aficionados advenedizos. Por otra parte, asimismo los socialistas podrán aducir que ellos, más que jetas, son unos, a despecho de la h. Y aquí tendremos que darles parte de razón, pues nadie duda de que son unos tal y unos cual y que por donde pasan, no crece la hierba. Pero estas oscuras razones no afectan a la validez de la tesis y podrán decir que son "unos" u "otros" (del antiguo pueblo de los otrogodos), o con más razón, de la estirpe de vitizanos, tan aficionados como ellos a la inmigración ilegal.

  Nosotros no entraremos en tales alambicadas disquisiciones, pues el hecho incontrovertible y fehaciente es que tanto socialistas como populares pueden reclamar para sí la antigua estirpe y decir con verdad que ellos son los verdaderos getas, jetas  de pura cepa.


Otro día dilucidaremos la vinculación de la degenerada estirpe de separatistas con la simpática institución de los renegados piratescos del siglo XVI o quizá con la morisma rebelde de las Alpujarras, a quienes habrá que aplicarles en cualquier caso el mismo remedio de eficacia probada. Aquí un amigo me advierte de que este salvífico remedio es inaplicable, porque nos acarrearía la suerte que corrió Yugoslavia con bombardeos e invasiones a manos de nuestros hermanos otánicos, famosos por su filantropía. En cualquier caso, ya avanzamos la evidencia de que, "lleguen por do llegaren", vengan por do vinieren, los renegados actuales hacen tanto daño como los antiguos.

 

miércoles, 14 de mayo de 2025

"Soberanía energética, ", un caso más de terrorismo semántico


En la corrupción del lenguaje aparejada a la de los conceptos (instrumentos con los que aprehender la realidad), de un tiempo a esta parte se ha introducido la detestable moda de adjetivar una palabra fundamental y su concepto, desvirtuándolo, emborronándolo y al cabo alterando su significado: es el de "soberanía". Ahora se usa continua y ridículamente la expresión "soberanía energética", cambiando por completo el significado de la palabra por el de "independencia". Es completamente ridículo y erróneo atribuir a la palabra "soberanía" el significado de "independencia", que es lo que se obliga a entender cuando se usa la malhadada expresión. 

Algunas definiciones y sentidos extraídos de la red:

  - "Soberanía": Poder político supremo que corresponde a un Estado independiente.

  - Usualmente la entendemos como la autoridad suprema en un territorio. En una monarquía soberana, por ejemplo, nadie tiene autoridad sobre el rey, ni siquiera el papa, el emperador, los señores feudales, o el pueblo. 


Esta mutación de significado y uso no es sólo errónea y ridícula (además de denotar la ignorancia y embrutecimiento del que la usa), sino que es muy dañina porque hace desdibujarse y desaparecer el concepto fundamental de su verdadero significado. Soberanía es  el derecho a la propiedad sobre una nación, de ahí se le adjetivó, ahora sí, legítimamente y pasó a ser "soberanía nacional", al pasar este derecho de ostentarlo una persona (el soberano) a una sociedad, la nación. Soberanía es algo así como el derecho que se adquiere con la mayoría de edad: una persona decide por sí lo que le atañe sin necesidad de someterse a la voluntad de nadie. Digamos que una persona mayor de edad "hace lo que le da la gana", incluso delinquir o suicidarse, sin someterse a la voluntad de nadie, ni siquiera a la de Dios (para los creyentes). El hombre es intrínsecamente libre, su libertad es radical, como nos enseñó Ortega y Gasset. Las naciones soberanas hacen lo que les parece sin someterse a ninguna otra instancia, ya sea declarar guerras, constituirse políticamente como quieran, tener las políticas económicas, sociales, medioambientales, educativas, y, sí, energéticas, que les den la gana. 

Si se desvirtúa y corrompe el concepto de soberanía, ésta desvirtuación y corrupción afecta y se extiende al de "soberanía nacional", base de la libertad democrática (según la entendemos hoy), la unidad nacional y aun la propia existencia de la nación. Y como esta soberanía nacional y existencia está siendo atacada ferozmente en la actualidad por agentes internos, esta corrupción del concepto es una erosión más, entre otras, de las que ejercen dichos agentes renegados, degenerados. Es penoso ver cómo, por ignorancia (supongo), se aplican a dicha desvirtuación y corrosión conceptual los mismos que se oponen a ellos y los combaten.


Un país soberano (como España) tiene o adopta la política energética que quiere. Y puede decidir, si le da la gana, no producir nada en absoluto de energía y depender de las compras que pueda hacer donde quiera y pueda o, si le place, tener una política energética preindustrial, alumbrándose con velas o antorchas, calentándose con fogatas y moviéndose con borricas. 

Una nación independiente, en virtud de su soberanía puede ser mas o menos energéticamente dependiente o independiente según su suerte, industria o voluntad. Sea cual sea esta política, nunca pierde su soberanía, pues puede cambiarla a otra, cada día si le place, o cuando lo estime oportuno, precisamente, en virtud de dicha soberanía. Eso sí y desde luego, arrostrando las consecuencias. Es estúpido y vergonzoso decir que España necesita tener soberanía energética, pues ya la tiene, y no puede ser de otra forma sin erosionar su derecho a tenerla. Y este derecho no se lo otorga nadie, sino sí misma por su voluntad de tenerla y defenderla cuando sea discutida o amenazada. Es tan absurdo y ridículo hablar de "soberanía energética", como de "soberanía alimenticia", o "agrícola" o "industrial, hídrica o ganadera", por decir algo. 


En resumidas cuentas, se puede y debe usar la expresión "independencia energética" y evitar la otra, que no pongo ya más por no hacerle publicidad, a ver si se termina olvidando.

 

miércoles, 30 de abril de 2025

La alternativa del diablo (Para VOX ante el PP)


A VOX, como en la famosa novela de Forsit o el famoso dilema shakespiriano, se le presentan dos alternativas respecto a su relación con el partido cómplice y traidor del PP. A saber: la participación y colaboración en sus gobiernos autonómicos y eventualmente nacional como está haciendo hasta ahora, o la separación profiláctica total acompañada de la exposición y denuncia de su verdadero papel y función de auxiliar y cómplice necesario en la corrupción institucional y destrucción nacional, tal como hace muy bien con el PSOE y partidos separatistas y guerracivilistas.

  Para justificar la primera opción, se usan dos argumentos: el primero es impedir el acceso del PSOE y separatistas a las instituciones y al poder público; el segundo, la conveniencia de sacar adelante algunas iniciativas del programa de VOX obligando al PP desde dentro de los gobiernos o apoyándoles desde fuera de ellos. Aquí se dice es mejor alguna que ninguna. Estas son muy pocas y ninguna trascendente y siempre enredadas en retórica y articulado confuso que, a pesar de las débiles concesiones, salvan y establecen los principios corruptores. Así ha ocurrido y ocurre en las leyes de Memoria histérica (haciéndola sustituir por otra, no tan agresiva, pero estableciendo la necesidad de tales leyes absurdas y totalitarias), o las leyes educativas en Valencia y Baleares, que dejan todavía y hasta el último minuto de legislatura sin garantía real de la posibilidad de cursar las asignaturas en español. Etc, etc, etc. En ninguno de esos pactos de gobierno hasta ahora hay algún mecanismo que garantice esos acuerdos; de manera que si se incumplen (como es lógico que ocurra y ocurre), haya modo de hacerlos cumplir o disolver el gobierno.


Esta es la realidad y esta es la situación. Por un lado, lo que se gana. Si se colabora con el PP, se evita la calamidad socialista y separatista y se consiguen algunas acciones positivas del programa de VOX. Por otro, lo que se pierde: 1. Se evita una calamidad, el partido socialista, para traer otra peor, el Partido Popular. 2. La erosión de VOX en su credibilidad y legitimidad para combatir y desalojar estas dos plagas bíblicas que asolan la nación y su pretensión de regeneración democrática. Veámoslo.

Efectivamente. Cuando VOX acuerda y participa en gobiernos con un partido traidor, el PP (y aunque sea para acciones positivas), inmediatemente ocurren tres cosas: este partido traidor adquiere poder público para perpetrar, seguir perpetrando, maldades, se le consolida en su proyección y legitimidad y VOX se ve automática e inmediatamente contaminado por la corrupción sistemática. Vale, no por gusto o vicio, pero ocurre. Se contamina, quiérase o no. 


Para que se entienda, es lo mismo que ocurriría si VOX hiciera esos acuerdos y tratos con socialistas y separatistas. ¿Por qué los tratos y acuerdos con estos enemigos de la nación, aunque fueran puntuales y eventualmente positivos, están fuera de toda discusión y ni se plantean? ¿Es que si el doctor Saunas hiciera algunas concesiones menores a VOX, éste le votaría en la investidura, en presupuestos o incluso entraría en tal o cual gobierno? Repugnante ¿Verdad? Ya lo ha dicho y explicado perfectamente Abascal, "ni para alzar la bandera". Pues lo mismo y por las mismas razones, exactamente, ocurre con el PP. Para poder hacerlo, los dirigentes de VOX tienen que hacer una torsión de la realidad y considerar que el PP es distinto y menos malo que los otros enemigos de la nación. Pero ocurre que es lo contrario. Ocurre que el partido cómplice y traidor es igual de corrupto y traidor que el PSOE, pero mucho más dañino. La razón por la que el PP es mucho más dañino para la nación que socialistas y separatistas es doble y aun triple: 

Porque perpetra las mismas fechorías que ellos (ayuda a terroristas y separatistas con dinero y acciones de gobierno, se reparten el Tribunal Constitucional y CGPJ, etc). 

Porque consolida, asienta y da carta de naturaleza a todas sus leyes ideológicas y totalitarias manteniéndolas y desarrollándolas cuando y cuanto pueden. (Ver genial artículo de Hughes "Naturalidad democrática" comentado en la entrada anterior) 

Y por último y peor, porque desactivan y bloquean la oposición y respuesta de la población que repugnan de esas fechorías pero que sin embargo les votan engañados, millones). Con el cambio de Zapatero por Rajoi, lo único que cambió fue el asiento, consolidación y desarrollo de todas sus fechorías, hasta entonces en entredicho por la viva e indignada oposición de parte de la población, y a partir de entonces establecidas como inamovibles haciendo muchísimo más difícil y conflictivo su revocación y eliminación. Casado fue aún peor y Feijó es todavía más peor, aunque parezca imposible. PSOE y separatistas son, si vale la metáfora, el cáncer de la nación; y el PP, peor que el sida, porque ayuda al cáncer y, además, se encarga de bloquear toda respuesta inmunológica que todo organismo, toda sociedad presenta ante una agresión, destructiva según se ve, depredadora más que parasitaria.

Aceptando los gobiernos del partido traidor, ayudando y participando en ellos, VOX comete el error de permitir 

que un agente patógeno más dañino y peligroso que el que se pretende combatir, tome apariencia de inocuidad. Parece que VOX pretende colarse por los resquicios de poder que deje este agente perverso para controlarlo y moderarlo, sin ni siquiera pretender destruirlo. Sin embargo yo veo que lo más probable es lo contrario: que el PP, por tener mucha más fuerza, tamaño y maldad, erosione a VOX convirtiéndole en una pieza más del sistema degenerado y al cabo, necesariamente, haciéndolo irrelevante, y fracasando estrepitosamente en su objetivo final de salvación pública y nacional. La pretensión de VOX (no teórica pero sí de facto) de ser un agente moderador y rectificador de las fechorías del PP, además de ridícula e inmoral, es imposible.

Para que se entienda, si el PSOE blanquea a terroristas y separatistas haciéndoles funcionar falsariamente como una opción válida al gobernar e intercambiar dádivas y mercedes con ellos, lo mismo hace el PP con el PSOE y separatistas. Bien, pues lo mismo ocurre cuando VOX acuerda y permite gobiernos del PP, lo blanquea. Es decir, disminuye y atenúa la imagen de su perversión radical (al contrario de lo que hace con socialistas y separatistas) presentándole como un interlocutor lícito, válido y útil.


Así pues, a VOX se le presenta la alternativa insidiosa de colaborar con uno de los enemigos de la nación (a mi juicio, el más dañino y pernicioso) con los efectos y consecuencias correspondientes, o excluir toda colaboración e intercambio con el PP, una de las piezas del sistema, de la máquina devastadora de la nación y la democracia que constituyen PP, PSOE y separatistas (PPSOES).

La exclusión de la colaboración de VOX con el partido traidor dejaría a VOX aparte del sistema gubernamental, sin acceso a una fracción minúscula del poder público o medidas programáticas y perdiendo cierta visibilidad mediática, que es lo que va obteniendo hasta ahora. 


¿Entonces? Esta segunda alternativa dejaría a VOX sólo con una opción y una vía de conseguir librar a la nación y la democracia de sus agentes de corrupción y destrucción: la de convencer a los ciudadanos y acceder a los gobiernos invirtiendo la ecuación: la aplicación del programa de regeneración pública con los apoyos que se ofreciesen. Es decir, aceptar una colaboración con enemigos, sólo en caso de que VOX tuviera las mayorías necesarias para llevarlas a cabo.


En resumidas cuentas, VOX no puede, no debe ni ocultar la realidad de la naturaleza y función del Partido Popular como "cómplice necesario", es decir, autor, pieza de la máquina PPSOES, ni engañar a sus votantes y ciudadanos haciéndolo pasar por otra cosa que no es ni ayudar a la supervivencia de ninguna de las piezas de esa máquina o sistema de destrucción nacional. VOX debe dispensar al PP el mismo trato y consideración que a sus hermanos cómplices socialistas y separatistas. Es cómico observar cómo los dirigentes de VOX reprenden (¡justamente!) muy bien al PP por el efecto de blanqueo que con sus actos hacen sobre el PSOE (visita a la Moncloa, etc), cuando VOX hace lo mismo con el PP al ponerles en gobiernos autonómicos, votar presupuestos, etc. Y da pena, asco y risa ver a los dirigentes de VOX lloriquear quejándose amargamente de las felonías del PP, intentando rectificar su mal comportamiento e incluso dándoles consejos. Ridículo y estupefaciente resulta oír a los dirigentes de VOX cuando se quejan del PP diciendo ¡"Qué tiene que hacer" el PSOE para que el PP deje de apoyar al PSOE! La pregunta que debería hacerse es otra: ¡Qué tiene que hacer el PP para que VOX reconozca lo que es!

Si esta actitud "amorosa" de VOX respecto al PP se debe a una u otra causa es indiferente. La razón no nos importa, tal como tampoco la de la complicidad del PP o la de socialistas, si es cálculo, error o maldad genuina.


En la alternativa del diablo, las dos opciones son malas, aparentemente, o presentan inconvenientes o perjuicios. Pero yo creo que en este caso no es así, y una de las alternativas no sólo no es mala, sino buena, y aun la única justa y necesaria: la de reconocer la realidad como es, la de caracterizar y tratar al Partido Popular como lo que es, sin engañarse a sí y a los demás. A ver si lo quieren entender de una vez: PP, PSOE, Separatistas son piezas de la misma máquina de demolición nacional.


 

Mecanismo de la complicidad del PP con el PSOE - La Naturalidad democrática de Hughes


Comentario al excelente artículo 

"La naturalidad democrática" de Hughes publicado en La Gaceta el 19 DE MAYO DE 2023



  Aquí un artículo muy bueno donde se explica muy bien la función cómplice del PP. Ya que al parecer yo no lo hago tanto, a ver si a éste se le entiende mejor. A mí me parece, si no tan evidente como dos y dos son cuatro, sí, tras largos años de observación y experiencia, lo bastante como para que cualquiera, si quiere, pueda darse cuenta. Luego, es cuestión de cuantificar el daño que hace y supone esta complicidad, que tiene carácter de "necesaria" para la consecución y éxito del "programa" o proceso de demolición de la nación, el secuestro y expolio de su libertad y su democracia.


Además, hay otra función fundamental perversa del PP relacionada con ésta, previa a ésta, que es la de desactivar y neutralizar la defensa, la resistencia y oposición natural de la parte sana de la sociedad a este proceso desintegrador. El PP no sólo es el transeunte que asiste indiferente o entusiasta a una violencia que ejerce alguien sobre alguien, sino el que por detrás, le sujeta los brazos mientras le susurra al oído dulces palabras de conformidad. Si PSOE, comunistas y separatistas son el cáncer, el PP es el SIDA de la nación y la democracia. Aún más y peor, pues el PP, con sus acciones reales de gobierno, legislación y control, perpetran igual que los otros el mismo programa en cuanto puede y alcanza.



La naturalidad democrática

Hughes - La Gaceta

19 DE MAYO DE 2023

https://gaceta.es/opinion/la-naturalidad-democratica-20230519-0600/



Borja Sémper, quién si no, acabó ayer con la intriga que aun pudieran mantener algunos sobre la posición del PP respecto a Bildu. Lo que se le oye a Ayuso y su ejército de pelotas, es, como diría Gil, puro chau chau electoral, impostación de populismo.


La realidad la dijo Borja Sémper: «Nosotros defendemos la legalidad y, por tanto, aceptamos con naturalidad democrática que Bildu esté en las instituciones». Don Borja vino aquí a aportar algo importantísimo: la naturalidad democrática, y al hacerlo nos reveló la gran función de su partido: naturalizar.


El PP viene en este caso a normalizar, a dar carta de naturaleza, a asumir que los etarras estén en las instituciones. Al hacerlo dan conformidad, retiran la discordia, insuflan un aire de necesaria respetabilidad al asunto.


Naturalizar es hacer natural, es también dar al extranjero derechos nuevos, o introducir en un país como propias las cosas de fuera. Pues a eso es exactamente a lo que se dedican: institucionalizar etarras, normalizar las aberraciones legislativas, naturalizar toda la inmigración que las élites pretendan y aceptar como propias todas las imposiciones de fuera (2030). El PP, por boca de Sémper (el clave siempre bien temperado), se muestra dispuesto a colaborar. Si hay que naturalizar, que cuenten con ellos.


Así vemos que la función de este partido no es sólo el seguidismo o la herencia; también una segunda fase más compleja que exige algo así como un refrendo. Cuando el PSOE proyecta sus cosas, el PP no sólo las acepta sino que al aceptarlas hace una importantísima labor de normalización. Si alguien en la calle comete un acto extraño y los que están al lado no se inmutan, el acto ya parece menos raro. Pues el PP es ese sujeto encargado de no escandalizarse, de no objetar, de no llevarse las manos a la cabeza dando carta de naturaleza, es decir, naturalizando. Las cosas no son sólo así, de esta nueva manera, sino que ser así será la cosa propia de ellas…


El que realiza o ejecuta el acto raro y revolucionario se lleva siempre la fama, pero ¿qué decimos de los que colaboran a su naturalización? ¿No son más importantes? Así, el PP extiende en las cosas la valiosísima condición de ser absolutamente normales. Cualquier ‘avance’ del PSOE se ‘naturaliza’ cuando le llega al PP. El PP lo españoliza, lo populariza, lo desproblematiza… No es Partido Popular por nada, es por ser Partido Naturalizador.


Al hacerlo, el PP libra un acto definitivo en cualquier batalla cultural: la difusión silenciosa; dar a cualquier avance o novedad legal progresista un rasgo de naturalidad, una normalización sencilla. Es la mágica capacidad para hacer de lo escandaloso costumbre.


El PP es el partido que decide que, en un determinado momento, lo foráneo o lo artificioso o lo engendrado sean sencillamente lo nuestro y naturalmente nuestro. Son los que deciden, en un momento democráticamente significativo , que al vecino nuevo y excéntrico ya se le puede mirar como a uno más.


Nótese que el primer paso en la naturalización de cualquier cosa es que cese el señalamiento de la novedad o la exclamación ante ella, razón por la que la moderación resulta fundamental.


En resumen, la naturalización es como un sacramento político que administra el PP, algo así como el segundo paso en el proceso político. Su función es fundamental, y no menos importante que la del PSOE. Don Borja nos la revelado en declaración ya histórica: ante cualquier cosa que venga de la izquierda o del exterior, el PP será el que espolvoree por encima la ‘naturalidad democrática’, los polvillos del olvido y la aceptación.



La naturalidad democrática

Hughes - La Gaceta

19 DE MAYO DE 2023

https://gaceta.es/opinion/la-naturalidad-democratica-20230519-0600/