jueves, 9 de enero de 2014

Faisán II: Horror más que error. Rajoi emula a Rubalcava y Zapatero, con un par, como suele decirse.

-Que ellos lo hicieron de forma encubierta, je. Pues yo por la cara, a los medios, con un par. Para que luego digan que me tienen acobardao. No faltaba más.


   Ayer, miércoles 8 de enero del 2014, la banda criminal ETA volvió a recibir un chivatazo por parte del propio Estado, de manera que estos delincuentes (los de la banda) tuvieron tiempo para destruir y hacer desaparecer información y hasta ordenadores. En la ocasión anterior fue el caso del Faisán, en donde Zapatero y Rubalcava, de forma más o menos encubierta, a través de algunos policías corruptos, mandaron dar aviso a la célula de la banda asesina para que tuviera tiempo de escapar como así ocurrió. En esta ocasión, el infausto Rajoi, perdida ya toda sombra de vergüenza, a través de su corrupto ministro de Interior Jorge Fernández Díaz, con un cinismo inconcebible y demencial, da el aviso públicamente, mediante comunicado oficial y a trravés de los medios de comunicación.

   -Señor Presidente: ¿da usted permiso?
  -Hombre, ministro, adelante, adelante. Pasa, pasa. ¿Qué tal? ¿Un purito?
  -Mariano: ¡Que nos los pillan!
  -¿Nos los pillan? ¡Pardiez! ¿A quienes!
  -A los de la ETA.
  -Pero Jorge. ¿Te has vuelto loco? ¡Pero si ya los hemos soltado a casi todos! Bueno, por lo menos a los peores.
  -¡No, no! A los abogados, a los que organizaron el otro día el aquelarre de propaganda.
  -Ah, bueno. A ver empezado por ahí, hombre. A ver ¿los han pillado ya?
  -No, pero ya van a por ellos.
  -Bueno, ¿y qué? Pues les avisas como hizo el sabio Rubalcava la otra vez y que escapen. Anda, que te ahogas en un vaso de agua.
  -¡Pero presidente! No hay tiempo; y encontrar a un policía corrupto es difícil y peligroso. Mire usted con el Faisán. Las han pasado canutas para librarse de la cárcel y no han andado lejos. Si no llega a ser por nosotros……
  -Sí, Ministro, tienes razón. Pues nada, nada. Aquí sin complejos. Da un comunicado oficial por parte del Ministerio y así quedarán avisados. Que se lo chivateen los medios; la COPE y esos. Ja ja ja. Qué bueno, ¿no?
  -Pero presidente, así lo oirá todo el mundo. Todo el mundo sabrá que les estamos avisando.
  -Tú estás tonto,Jorge. Pues luego dices que ha sido un error, un inocente despiste y ya está.
  -¿Usted cree?
  -Pues claro, hombre.  Y si no, quién lo va a demostrar. Han tragado con la suelta masiva de criminales, ¿no van a tragar con esto? Anda que tienes unas cosas…
  -Es usted un lince, jefe.
  -Pues claro.

   Estos delincuentes (el presidente y ministro) Quieren camuflar ahora el delito bajo el manto de que, en realidad ha sido un error, un inocente despiste. Je, ustedes perdonen. Pero es ridículo pretender tal cosa tras haber asistido a la puesta en libertad de sus compinches mayores, mucho más grave, asesinos sanguinarios mediante indultos encubiertos. Si no fuera unida a toda una trayectoria coherente de colaboración con banda asesina, este chivatazo de ahora podría caer en la sombra de la incertidumbre. Pero encuadrada en la trayectoria seguida hasta aquí (antecedente de Faisán I, suelta individual de asesinos en serie como de Juana y Bolinaga, suelta masiva de asesinos psicópatas, privilegios intolerables en las cárceles, permisividad y protección de su brazo político permitiéndoles ocupar cargos públicos y recibiendo subvenciones, propagando supuestos y conceptos justificativos), la duda se despeja sola y, al cabo, la cuestión de si fue inocente despiste o malicia deliberada es irrelevante para nuestra consideración. Porque el hecho, el resultado y la consecuencia es la misma e indiscernible. Esto es, el aviso de la llegada de la policía dando tiempo a los otros delincuentes a obrar en consecuencia. Cualquier otra cosa es una tomadura de pelo. Es como el pistolero que dispara con su revólver a seis personas y dice con voz cándida y melíflua que es que ha sido un error, un inocente despiste, que en la última víctima él pensaba que sólo tenía cinco balas. Je je, ustedes perdonen, yo ya me iba.
   -¿Un chivatazo a una banda criminal organizada? ¡No puede ser! ¡Quién ha sido! ¿El presidente y el ministro? ¡Pero si son ellos los primeros que tienen que intentar destruirlos!
  -Eh, sí, pero es que dicen que ha sido un error, un inocente despiste.
   -¿Despiste? ¡Despiste! ¡Uaaaa aaaaaaaa aaaaaaaa! Bien, pues que este ministro y presidente den con sus huesos en la cárcel, junto con sus protegidos, en donde tendrán tiempo de meditar la perversión de sus delitos, hasta que entiendan la diferencia entre actos erróneos y errores, y, ya que estamos, horrores.

  ¡Este chivatazo no es un error, sino un horror!

2 comentarios:

Odiseo dijo...

Varios días después, todavía no han dado una explicación creíble, ni la cadena de órdenes que hizo posible el chivatazo, ni el encarcelamiento de nadie, ni se ha producido un escándalo en el Parlamento, ni en la puerta del Ministerio, ni nada de nada.

Odiseo dijo...

Lo más pavoroso es que ni siquiera hacemos uso del último y casi único recurso que nos queda: el del pataleo.