jueves, 2 de noviembre de 2017

La estafa de las elecciones autonómicas y su supuesto efecto taumatúrgico.

La estafa de las elecciones autonómicas y su supuesto efecto taumatúrgico.

Los tres partidos cooperantes, PP, PSOE y Ciudadanos, ... con los separatistas, se entiende, consideran, aventuran y piden la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la celebración cuasi-inmediata de elecciones autonómicas en Cataluña.
Estos golfos parásitos vinculan ambas acciones, sin explicación alguna de tal yuxtaposición: artículo - elecciones. Nadie sabe por qué y muy pocos se lo preguntan. Pero el caso es que lo hacen y lo han hecho, ahora el PP ya en forma ejecutiva.

Ya venían amenazando con ello, sobre todo el partido Ciudadanos, primero con la exigencia a los golpistas y después como objeto de aplicación del 155, la convocatoria de elecciones autonómicas. ¿Para qué? Para nada. ¿Con qué efecto? El de dejar impune los delitos separatistas y evitar el control de la Generalidad y el desmantelamiento de su máquina separatista, de odio, de acoso y de poder público aplicado a la destrucción de la nación.
Estos tres partidos miserables (PP, PSOE y Ciudadanos) propugnan el timo de las elecciones autonómicas como salida a la crisis golpista separatista, cuando en realidad constituye la vía de escape, el punto de fuga, el desagüe por donde vaciar el artículo 155 que se han visto obligados (por la nación y el interés) a aplicar, eso sí, resistiéndose todo lo que han podido. Con ello, la fuga del 155 a través de las elecciones les da pie para argumentar su inhibición ante el ataque a la nación y desplegar el velo de  confusión con la que embaucar y engañar a muchos ciudadanos que todavía se dejan.
El fraude de este argumento es colosal y espeluznante. O sea, que la evidencia de los delitos separatistas y la percaptación de ello por parte de los ciudadanos con su consiguiente indignación les obligan, a rastras (lo hemos visto), a la aplicación del 155. Y en lugar de aplicarlo de verdad, con lealtad y rigor, se le corrompe y prostituye cortándolo, suspendiéndolo  en unos pocos días con la celebración de elecciones, con desvergüenza pasmosa, como si la finalidad automática de aquel artículo fueran éstas, o éstas fueran a anular los motivos que obligaron a su aplicación,. ¿Pero es que acaso lo que ha ocurrido es que ha terminado la legislatura y el gobierno y diputados autonómicos se han negado a abandonar su magistratura y convocar elecciones? Desde luego que no. Se han alzado en rebeldía con público desacato a la soberanía nacional y su ordenamiento jurídico apelando a la intervención de países extranjeros (delito gravísimo de traición, agravante del de rebeldía).
¡Qué cara! ¿No? El efecto y finalidad del artículo es la suspensión del Gobierno autonómico y la toma de control de éste por parte del Gobierno nacional en virtud del poder legítimo que la soberanía nacional le otorga.
Entonces, la verdad es que los motivos que dan lugar a la aplicación del articulito quedan intactos con las elecciones, pero con dos efectos perversos.
El primero y más evidente, el de la suspensión de la suspensión, es decir, la detención del artículo, del control de la Generalidad, antes de haber siquiera empezado, más que la destitución "temporal" de los cabecillas del asalto. Pasadas las elecciones, todo volverá al mismo punto que estaba antes. ¿Y por qué no iba a ser así? ¿Es que unas elecciones tienen efectos taumatúrgicos sobre las voluntades y los designios de renegados delincuentes?
El segundo y más insidioso, por subrepticio, es el de establecer y perpetuar el gravísimo supuesto equívoco de que tanto los actos de sedición y rebeldía como el desacato a la soberanía nacional, pueden ser y quedar, y por tanto lo son y quedan, legitimados por otra fictícia soberanía y otra fraudulenta legitimidad, la que los renegados separatistas pretenden alzar, que atenta y cuestiona aquella. ¿Es que lo que digan unas elecciones para un parlamento regional tiene alguna validez o valor, algún efecto sobre la soberanía nacional y los actos de desacato, rebeldía y sedición contra ésta? Pues al parecer para estos partidos y a su parecer, por muy fictícia y muy fraudulenta que sea, sí.
Estos efectos de degradación y corrosión de la soberanía nacional y los actos que los causan tienen muchísima más gravedad y delito que los de los renegados separatistas.
Digamos que los delitos de los autodeclarados delincuentes son naturales (está en su naturaleza), son destructivos y como tales, se deben perseguir, reprimir y castigar, pero son naturales en este sentido.
En cambio los partidos que aceptan y declaran la soberanía nacional como origen de su legitimidad, pero que con sus actos la contradicen
erosionan y, por tanto, destruyen, es mucho más dañino y lesivo para esta soberanía nacional, esto es, para la nación, pues son quienes la atacan desde dentro, pero en su propio nombre y usando el poder que ésta les otorga.

Resumiendo, la trama del engaño por parte de Rajoi y su funesto partido se advierte con evidencia simplemente con la consideración de cuál será la situación en el caso de que los mismos delincuentes golpistas ganen las dichas elecciones. Se volverá al día previo a la proclamación del artículo 155, pero con los delincuentes y delitos pseudolegitimados por unas elecciones regionales. Como si la situación hubiese pasado por un túnel, sorteando y quedando atrás la resistencia, la indignación y la voluntad de los ciudadanos honrados.
Pero además y lo que es más grave, añadiéndose, un efecto aún peor que éste que es el de
entregárse a una región, con las elecciones, la capacidad de tener algo que decir en el asunto de la soberanía nacional. Y este efecto perverso se verificará independientemente de los resultados, ganen o pierdan los separatistas o sus cómplices, pues el "derecho" estará reconocido por el gobierno de la nación. Éste será otro de los delitos imputados a Rajoi cuando se le encause, juzgue y encarcele por traición a España.

1 comentario:

Odiseo dijo...

Según parece de la lectura del análisis expuesto, parecería que admito o acepto la aplicación del artículo 155 ... como remedio fulminante del golpe de Estado perpetrado por los delincuentes públicos menores, tal como se ha planteado por parte de los mayores, Rajoi y sus secuaces. Nada de esto. El tal golpe o golpazo nunca se debería haber permitido que se diera, y anda que no estaba anunciado, publicado y publicitado. Con las leyes normales se debería haber desactivado, desarticulado las organizaciones que lo programaro y diseñaron, y detenidos y encarcelados a sus promotores y artífices. Leyes normales, sin excluir la promulgación de leyes especiales y nuevas si hubieran sido necesarias, tal como se hizo en el caso de ETA para desarticular su pseudópodo político (ilegalización de HB, etc).
Nunca se debería haber permitido llegar a esta situación, pero se ha permitido y se ha llegado. Ahora bien, la aplicación de ese artículo es algo que venía siendo necesario desde hace décadas, desde el primer día que se desacataron las resoluciones judiciales y se hizo público alarde de no hacerlo en el futuro. Aún más, desde el primer día que se constató que se usaba el poder y los caudales públicos en contra de los intereses generales de la nación y el despojo de derechos fundamentales de los ciudadanos. Los partidos PP y PSOE y sus cómplices no lo hicieron, no quisieron hacerlo; no ya la aplicación del artículo, sino ninguna otra medida en defensa de la nación, los ciudadanos y su soberanía. Ahora se aplica con mucha publicidad, pero como se ve, forzado por el mantenimiento de la apariencia, sin la menor intención de combatir y destruir el proceso separatista. Al contrario, con la intención de mantenerlo: en cuanto a ingeniería social con la educación, medios de comunicación, leyes contra el idioma español, nomenclatura de instituciones, etc.
En el colmo de la traición abyecta, vamos a tener que lamentar que Rajoi se haya apoderado del poder público autonómico... para seguir perpetrando el avance corrosivo de las leyes e instituciones contra España y los españoles.